
las sirenas los condujeron por aquel campo surrealista hasta que llegaron a un gran castillo que parecía brillar bajo el solo, daba la impresión de que aquel castillos estuviera hecho de conchas marinas, aunque por la puerta principal se podían ver flores de toda clase, cruzaron por un enorme portón que los condujo a un gran salón que tenia una larga alfombra roja que conducía ha un trono que estaba elevado un piso completo por encima de el suelo finamente decorado de el salón, y cuyo única forma de acceder aparentemente era una larga escalera, en aquel trono estaba sentado un ser que lucia muy similar a las sirenas, pero no poseía largos cabellos o el delicado rostro de una mujer, por el contrario lucia como un apuesto y joven hombre, de cabellos blancos algo desordenados, y ojos negros penetrantes, en su pecho se ostentaba un enorme collar de plata que resplandecía con la luz que entraba en el salón por los hermosos y complejos vitrales ubicados en la parte superior de el salón.
alice quedo fascinada al ver a aquel curioso joven con apariencia descuidada pero noble mirando distraído hacia el lado, hasta que antes de que se diera cuenta las sirenas que los acompañaban se apresuraron a donde estaba el rey y lo sacaron de su estupor.
-su majestad, su majestad.- dijo la de cabellos escarlata poniéndose de frente a su vista
el rey pareció saltar de sorpresa y quedo viendo hacia el lado opuesto
-hemos encontrado algo fascinante- dijo la de cabello azul entonces poniéndose de lado opuesto y provocando la misma reacción
-un trozo de plata y dos humanos vivos- dijo entonces la de cabellos negros que hizo lo mismo ahora que el rey miraba al frente
después de lo que dijo la tercera el rey pareció reaccionar y enojado se levanto de su trono gritando:
-les he dicho demasiadas veces que me molesta que me sorprendan de ese modo
las sirenas asustadas bajaron al primer piso en un instante y formadas en una fila dijeron al unisono
-lo sentimos su majestad
-no importa no importa-dijo el entonces volviéndose a sentar en su trono- que es eso tan importante que tratan de decirme?- y como presintiendo algo luego dijo- una a la vez
entonces la sirena de cabello azul tomo la vocería y dijo:
mientras estábamos en la superficie hemos encontrado un trozo de plata, y mientras lo examinábamos encontramos a estos dos humanos vivos que nos pidieron el favor de devolverles el trozo de plata su majestad.
-humanos vivos!- dijo entonces el rey bastante sorprendido por este hecho
entonces fijo su vista en alice y yuki en quienes no se había fijado debido a la sorpresa de las tres sirenas.
entonces alice miro fijamente al rey que pareció concentrar su mirada solo en ella, entonces hizo una pequeña reverencia y dijo:
-su majestad, yo soy alice, legitima heredera del trono de cliow, que como sabrá, esta en manos de alguien ajeno a dicho derecho, en este momento busco entrenarme para poder recuperar dicho titulo, para lo cual me es indispensable la llave que estas sirenas encontraron en el desierto, amablemente ellas nos han conducido hasta usted debido a que ellas no pueden devolvernos el trozo de plata sin su consentimiento, por ende le pido humildemente les permita devolvernos lo.
el rey permaneció mirando fijamente a alice y luego dijo:
-como imagino mis hermanas le habrán dicho, la plata es necesaria para nosotros, ademas de muy escasa, si decidiésemos entregársela, representaría una gran perdida para nosotros, me temo que eso no es posible- contesto entonces impasible el rey mientras mantenía su vista fija en alice
-por favor su majestad- intervino entonces yuki quien había permanecido en silencio hasta entonces- esta seguro de que no hay nada que podamos hacer para recuperar la llave y que aun así ni usted ni su reino resulten perjudicados?
el rey miro de reojo a yuki quien estaba de pie junto a alice, pareció que en su rostro se esbozaba una leve sonrisa y dijo:
-puede que haya una forma, les interesaría, pequeños humanos jugar un pequeño juego contra mi?
bien eso es todo por esta semana, volveré pronto