domingo, 20 de mayo de 2012

UN LUGAR PARA REGRESAR- CAPITULO 39

hola a todos >.< espero me disculpen con tantas cosas que hacer he estado un poco escasa de tiempo para escribir pero es pero q lo disfruten n-n

Yuki y Kain se miraron una vez más y con un rostro que mostraba su preocupación asintieron con la cabeza.
Alice preparo para si travesía una pequeña mochila, y salió hacia el desierto. Paso por la hermosa fuente de los leones que estaba frente a la mansión, y camino una vez más por las calles adoquinadas. Tic tac, sonaba mientras ella caminaba. Y cuando llego a la puerta de la ciudad, dio una mirada nostálgica por encima de su hombro, y suspiro como si pensara en que extrañaría esas calles.
Cruzo las puertas, y aunque hubiera volteado en ese momento, no hubiera podido ver la ciudad, ahora ella no podría cruzar mas esas puertas si su determinación no era lo suficientemente fuerte.
Alice comenzó a caminar por el desierto, camino en línea recta, mientras escalaba las dunas una tras otra. Con la arena blanca impulsada por el viento, que la empujaba hacia adelante.
Yuki le había dado los mismos zapatos que cambiaban el suelo bajo sus pies y la pashmina que cambiaba el cielo sobre su cabeza, pero, ella removía la pashmina cada tanto para saber si su camino era el correcto.
-es útil esta pashmina yuki- murmuro- pero a veses necesito que sea este cielo el que ilumine mi camino.
“yo seré tu guía y te diré cuando hayas llegado” recordó Alice la voz que le prometió su ayuda.
La noche anterior, Alice había tenido un sueño, era un sueño en el que ella era apenas una niña, que jugaba en el jardín del palacio de cliow, y allí estaban también kain, yuki y charles. Todos jugaban a las escondidas y se veían como niños. Alice sentía mucha felicidad. Pero entonces encontraba un poso en medio del laberinto del jardín. Ella se asomaba para ver que había en el interior del pozo, y entonces, caía. Sentía la desesperación más grande, mientras iba perdiendo la capacidad de respirar. Pero entonces, una hermosa mujer de vestido blanco, y cabellos negros la salvaba del interior del pozo. Su rostro reflejaba amabilidad, y sus ojos azules calmaron el terror de Alice. La mujer se elevaba por encima del jardín y poco a poco por encima del castillo, hasta que subían a una nube, y la mujer, que acunaba a la pequeña Alice en sus brazos, cantaba una canción indescifrable con la más dulce voz que existe. “duerme mi niña, duerme, cuando despiertes búscame en el desierto, yo seré tu guía, yo cuidare de ti y te diré cuando hayas llegado, el cielo sobre tu cabeza te indicara la dirección, y la arena , tan blanca como mis cabellos, danzara para preceder tu llegada a mí, camina hacia mi dulce niña, yo te espero en el desierto”. Esas palabras resonaban en la cabeza de Alice cuando despertó, y sin dudarlo dos veces supo que debía ir al desierto.
A medida que Alice caminaba sentía una fuerza que la empujaba cada vez con más fuerza en cierta dirección. De repente vio como el cielo empezaba a oscurecerse.
-es tan tarde ya?- se pregunto Alice inquieta
A medida que todo se oscurecía, le parecía ver como si la arena se transformara en pequeños seres, que danzaban en frente de ella. Estos seres no tenían rostro, solo forma humana , como si fuese pequeños muñecos de papel que alguna magia hubiera dado la habilidad de moverse.
La línea de estos seres se extendía, algunos pasos más, y luego se detenía abruptamente.
-       Allí es- murmuro Alice
La danza de estos seres parecía un ritual, mientras estos daban vueltas en el aire, y saltaban, parecía sonar muy al fondo, una flauta de un encantador, y los tambores que indicaban los compas. La música se había mas fuerte a medida que Alice se aproximaba a el sitio donde la línea se detenía de forma abrupta.
Cuando Alice llego a ese punto, no lo podía creer, no había nada.
El cielo ya estaba totalmente oscuro, y todo lo que Alice veía eran a esos seres que bailaban a su alrededor.
-mi niña, has venido- dijo la misma voz de su sueño- permíteme llevarte a mi reino, mi pequeña, deja que la arena de abrace como un amante celoso, y permítele traerte a mí.
Alice simplemente cerró sus ojos mientras la arena la envolvía.
Mientras tanto en león, yuki y kain ya no estaba en la misión. Horas atrás kain había entrado en la biblioteca donde yuki intentaba leer pese a su impaciencia.
-       Hay un problema- dijo kain preocupado
-       Que sucede?- contesto yuki levantándose de inmediato de la silla en la que se encontraba.
-       El desierto, los espíritus del desierto claman que hoy habrá un eclipse, justo sobre el desierto.
-       Pero, en los eclipses los espíritus se vuelven incontrolables- dijo yuki entrando en pánico- robaran cualquier cuerpo humano que este en el desierto, Alice sama no podrá controlar ese poder.
-       Así es, debemos ir a buscarla de inmediato.
De algún modo el pánico de  yuki, parecía mayor, pues aunque hubiese sucedido cuando él era apenas un niño, aun recordaba esa escena, los cuerpos de sus padres, ensangrentados y caídos a su lado, mientras el lloraba en busca de auxilio. Era una imagen vaga en su cabeza, pero estaba allí, y desde entonces el pánico que le producían los espíritus del desierto pese a su habilidad nunca cambiaria.
La dulce voz guiaba a Alice en su sueño en ese momento. “Mi niña duerme, estas en el desierto, yo estoy contigo y te daré mi poder, eres la escogida por mi cuyos cabellos son del color de la arena y a quien los espíritus obsederán. Pero duerme mi niña, aquí nada te hará daño, aquí estoy yo, pero debes, observar antes que ver, para tener el poder que te deseo dar, porque mi dulce niña, este poder solo la sabiduría te dirá como usarlo”
-debo observar antes que ver?- dijo Alice entre sueños
- sí, - contesto la voz con dulzura- cada acción tiene una historia, mi niña cada acción tiene una historia, conocer esa historia, observar esa historia, te dirá el camino que debes seguir pare llegar al futuro que deseas, la historia está presente en todo lo que la antecede, incluso en tus acciones mi niña, pero si no vez la historia de tus acciones, en primer lugar, jamás podrás ver la de los demás.
-como conoceré esa historia?- dijo Alice aun con los ojos cerrados- la veras, si entiendes la humanidad de cada acto, por cruel que parezca, por que el odio y la precipitación, te impiden verla, observa mi niña observa.
Para cuando Alice despertó, estaba en lago, de aguas cristalinas como jamás se habían visto, sus blancos cabellos flotaban en el agua y sus verdes ojos eran lo que más resaltaba en el paisaje.
Alrededor del lago habían flores de hielo que florecían y arboles inmensamente altos que encerraban ese pequeño oasis. Haba mariposas de delicada forma y negro color que revoloteaban alrededor de unas de color blanco. Y todo estaba en silencio.
Mientras Alice observaba este paraíso surrealista, sentía como los espíritus del desierto la observaban desde las sombras, y los pequeños seres hacían un círculo alrededor del lago.
De repente la música empezaba a sonar una vez mas y los seré empezaban a bailar, mientras los espíritus del desierto salían de su escondite. Eran de diversas formas y tamaños, algunos eran tenían forma humana, otros la forma de animales de todo tipo, pero, hubo uno que llamo la atención de Alice, no era una sombra, era la mujer que la había guiado hasta allí.
-mi niña- dijo entonces- no temas, pues ellos han esperado tu venida desde hace mucho tiempo, ellos esperaban a la sacerdotisa que serviría bajo mis órdenes, cuando el tiempo llegase.
Alice estaba de pie en el lago, y observaba todo a su alrededor, pero nada le causaba temor, extendió su mano hacia la hermosa mujer que le dijo.
-tu elección es la correcta mi niña, pero debes recordar, este es tan solo tu primer paso, el camino será duro, pero te prestaremos nuestra fuerza cuando lo necesites.
En la mano que Alice había extendido hacia la mujer, ella puso un anillo, con una piedra del color de los ojos de Alice, redonda como la luna y de un color tan puro como el agua del pozo. La piedra era sostenida por unas hermosas ramas con hojas de diamante, tan delicadamente talladas en su pequeño tamaño que ningún humano las hubiera podido tallar.
Alice beso el anillo y se inclino ante la mujer como un caballero es ordenado ante su señora y entonces los espíritus empezaron a bailar una vez más, mientras en el pecho de Alice, se formaba una marca en forma de media luna.
-nuestra confianza esta en ti mi pequeña, yo te cuidare desde lo alto, siempre.
Entonces Alice cerró sus ojos, y todo desapareció.
Alice suspiro una vez más, el cielo estaba claro como en la mañana, y vio a yuki que se aproximaba en su alfombra mágica, y kain que nadaba en la arena . Para cuando ambos la alcanzaron, ella solo les respondió con una sonrisa.

espero les haya gustado n-n 

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