La tormenta
parecía haberse convertido en tifón y los cuatro escuadrones de reserva se
movían bajo la lluvia con sus capas como único resguardo, seguidos de cerca por
el capitán mushi y 7 magos de la división mágica. Liderando la compañía viajaba
la princesa Alice sobre su hermoso caballo. Las capas de todos eran negras para
confundirse con la absoluta negrura de la noche.
Finalmente
llegaron al valle, que ahora daba la impresión de ser un pequeño mar que se elevaba
de a poco, mientras los rayos iluminaban fugazmente el cielo sin estrellas.
-
Escuadrón mágico comiencen la invocación de la
barrera – dijo ella con voz autoritaria - El escuadrón 7 protegerá a los magos
de cualquier peligro externo, los otros 3 entraran en la barrera con este
talismán que les dará a cada uno 2 horas de respiración bajo el agua.
-
Si señora- respondieron enérgicamente los
soldados mientras se hacían los preparativos.
Los soldados
trabajan frenéticamente para tener la barrera lista, sabiendo que el tiempo se
les agotaba, sin no podían hallar el conjuro del valle antes de amanecer serian
atacados por el ejército real.
Finalmente la
barrera estuvo lista a 3 horas del amanecer, y los soldados entraron a la
barrera, dispuestos a iniciar su búsqueda. La princesa observaba preocupada los
movimientos escasamente visibles de sus hombres detrás de la barrera. Se movían
frenética y torpemente en el agua pero estaban decididos a encontrarlo.
A medida que
la lluvia caía en gran domo que cubría el valle se hacía aún más alto, y con el
paso implacable de cada minuto la impaciencia se tomaba a Alice. Consultando su
reloj finalmente llegó el momento.
-
Salgan!, todos salgan! – grito pasadas las dos
horas, ellos obedecieron
-
Que hacemos ahora su majestad – dijo uno de los
magos que mantenía la barrera- perderemos por seguro la batalla de hoy.
-
Quien dijo que habrá una batalla hoy – contesto
ella – aún tengo esto, y mientras haya una esperanza podemos continuar -en su
mano tenía un talismán más pequeño que el que tenían los soldados que habían
entrado. - son solo diez minutos, pero
con la energía mágica con la que contamos, fue lo máximo que se pudo crear, que
lo que estuvieron en el agua descansen, yo entrare.
Sin
esperar respuesta entro en el agua y
comenzó a buscar, siempre al ras del suelo como lo habían hecho sus soldados,
tratando de encontrar aquello que ellos habían pasado por alto. El interior de
aquel domo bajo el agua era increíblemente similar al reino del desierto de
kain, todo parecía como visto por un cristal
-
Que nostálgico.- pensaba mientras nadaba – en
aquel tiempo estaba a punto de empezar mi entrenamiento, y yuki estaba a mi
lado para guiarme por ese camino desconocido para mí. - Sintió en ese momento
como sus lágrimas se mezclaban con el agua a su alrededor – que vergonzoso- se
dijo a si misma con enojo cuando se dio cuenta del motivo de su tristeza – él
se fue por mi bien, porque sabía que podría manejarlo yo sola, no lo
decepcionare, debo permanecer fuerte.
Se movía con
gracia y soltura por el domo en busca del característico sello oculto que
indicaba el conjuro del valle.
-
Mi tiempo se agota – se decía a si misma
mientras buscaba con desesperación creciente, entonces su anillo empezó a
brillar tenuemente
-
Qué es esto? - Pensó ella, noto algo curioso, y
era que el brillo del anillo aumentaba a medida que ella se alejaba del suelo.-
claro, eso es, como no lo vimos antes?
Le quedaban
apenas un par de minutos antes de que su talismán perdiera el efecto cuando
alcanzo la punta del domo, y pudo ver como las gotas de agua caían , formando
el sello. Con un lento y delicado movimiento estiro su pálido brazo hacia el
sello, y cuando su tiempo se agotaba, pudo sentir como se grababa en su mente
el conjuro del valle. En ese preciso momento se cumplieron los 10 minutos que tenía.
Con el poco aire que aun tenia nodo velozmente hacia el fondo del domo, sentía
como sus pulmones comenzaban a contraerse, en la desesperada búsqueda de aire.
Había nadado muy alto, y no podría salir del domo a tiempo.
Finalmente
tomo la decisión, viendo una de las paredes laterales, nado hacia las montañas
donde se refugiaban los rebeldes y salió como un pez rebelde que huye del agua,
en ese punto estaba a 20 metros sobre el suelo, pero no tenía opción.
-
Princesa!!- gritaron todos de inmediato y se
apresuraron a atraparla antes de que tocara el suelo, pero daba la impresión de
que ese cuerpo que luce tan firme cuando la potente conciencia de la princesa está
presente, ahora había regresado a su estado nato de fragilidad y era empujado
por las fuertes corrientes de viento.
-
No podremos atraparla – grito uno
Siendo
empujada más y más hacia la parte rocosa de las montañas, todos se apresuraban
a perseguir su blanco destello, pero entonces, de repente pareció como si ella
se confundiera con la negrura de la noche y desapareciera.
Los soldados
aterrados se detuvieron en seco
-
Que ha pasado – grito uno aterrado
-
Princesa – grito otro mirando a su alrededor
-
Es como si hubiera desaparecido – dijo otro
sumiéndose entonces en desesperación.
-
Que haremos ahora? el amanecer está cerca,
debemos movernos rápidamente- dijo otro
Entonces reino
un silencio desesperado ente los jóvenes soldados, estaban perdidos y
confundidos.
-
Ella está a salvo – se oyó decir a una voz
masculina en medio de la negrura- ella está conmigo.
De entre la
oscuridad se vio el movimiento de una sombra que parecía posarse sobre el
suelo, y con sus luces iluminaron el joven rostro de un apuesto hombre de ojos
azules oscuros como un cielo nocturno de verano , y con un cabello negro liso y
largo, amarrado por una coleta, estaba cubierto por una capa larga y negra que tenía
delicados bordados plateados la cual cubría la mayor parte de su cabeza, como
si temiera ser visto. El joven sostenía a la princesa en sus brazos delicada y
firmemente, estaba inconciente.
-
Alice sama debe descansar por ahora, estuvo sin
aire por mucho tiempo, y por lo que tengo entendido no descanso casi nada desde
la batalla de esta tarde.
La voz del
hombre pareció convencer a los soldados, que por un momento pensaron que el
misterioso hombre podía ser un refuerzo enviado secretamente al lugar de la
misión.
No sin recelo,
el enigmático recién llegado entrego a la princesa a los hombres que la
recibieron con reverencia, Se enfilaron entonces hacia el campamento dispuestos
a partir en cuanto llegaran, definitivamente serian seguidos dentro de poco, el
ejercito de hakushaku no había podido intervenir por la barrera creada por el
agua, pero eso había desaparecido, pero tenían el conjuro, la misión estaba
completa.
Fin del
capitulo 1
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