
Alice salió al patio lista una vez más para
pelear, había aprendido, no se confiaría otra vez por un triunfo. Desde la última
prueba en el castillo de fénix había decidido viajar siempre con su espada. Mientras
se preparaba para salir noto que en la mansión no había nadie más, los objetos
se movían por si solos como de costumbre y ese espectáculo que inicialmente se
le había hecho tan extraño le resultaba muy rutinario ahora. Kain no estaba en
ninguna parte y viéndose tan sola en aquella enorme casa recordó una vez más
que yuki se había ido.Mientras sus pensamientos divagaban en
varias ideas a caminar hacia la puerta que la conectaba con los otros castillos
noto algo curioso. Frente a esta había una carta de color blanco flotando. Ella
instintivamente camino hacia ella para tomarla, cuando la leyó vio que decía esto:
“querida princesa, ha habido un pequeño
cambio de planes, lamento haber leído esta carta que llego esta madrugada pero
considere que debía ser un asunto urgente, la anexo aquí mismo, la esperare en
la plaza del obelisco que sigue el curso del sol.
Su fiel amigo y servidor. Kain”
-
Qué extraño – pensó ella
mientras tomaba la otra careta que en efecto estaba junto a la primera en un
sobre con un sobre roto.
“princesa” – decía la carta – “aunque sé
que esto es particularmente intempestivo lo ha sido así mismo la decisión que
me lleva a escribirle esta carta, el primer día de entrenamiento debe verse
interrumpido debido a una junta con el consejo de los cuatro generales. Estos al
conocer su éxito en mis pruebas desean llevar a cabo una junta con usted para
decidir qué hacer a partir de ahora. Esta se llevara a cabo hoy mismo a las
3:00. Debe ser puntual.
Hasta entonces. D’ravn.”
Al final de la segunda carta había un sello
con un escudo de armas que tenía un cuervo sentado sobre dos lanzas cruzadas y
rodeado por una corona de laureles. Este particular símbolo capturo la atención
de Alice, era como si le recordara algo del pasado.
Mientras sus ojos se perdían en aquella contemplación
el tono de un reloj que marcaba las ocho sacaba a la princesa de estas y le
recordaba que había alguien esperándola.
Ella salió corriendo rumbo a la plaza del obelisco
justo después de guardar las cartas.
Allí Kain la esperaba sentado en una mesa
de un café.
-
Buenos días princesa – decía él
con una sonrisa – espero que todo ese cambio de planes no sea demasiado
intempestivo pero no tuve más opción.
-
No es problema kain –
contestaba ella mientras se sentaba – en realidad me alegra, finalmente podre
hablar con la junta y ahora que he pasado las pruebas creo que me tomaran más
en cuenta.
-
En realidad – decía kain con
algo de desconfianza en su voz – deseo hablar contigo de un tema algo diferente
-
De que hablas kain?
-
Hakushaku ya sabe que estas aquí.
lamento la corta entrada mucho trabajo T-T