domingo, 9 de septiembre de 2012

UN LUGAR PARA REGRESAR - CAPITULO 51

lamento no haber escrito la semana pasada mucho que hacer T.T

El sol de la mañana se filtraba por sus cortinas y sus lágrimas ya secas en su rostro aun mantenían fría su almohada, ella abrazaba con fuerza ese níveo oso de peluche. Alice no reposaba en su alfombra sino en su cama, en la noche alguien la había cargado hasta allí y la había arropado con delicadeza.
El ave de color azul ya había desaparecido de la ventana y la princesa se preparaba para salir. Lavo sus blancos cabellos y se puso un vestido de lino blanco adornado con una cinta del color de sus ojos. Antes de salir dio un vistazo al delicado juguete que pacientemente reposaba en su cama, como si esperara algo. Sin pensarlo dos veces ella se apresuro y dándole un beso en la frente lo volvió a dejar en su  lugar.
-       Me esforzare hoy yuki, no te preocupes – murmuro antes de dejar la habitación.
Cuando llego al comedor todo estaba dispuesto como siempre lo estaba, la mesa, la comida, pero solo había dos platos. Kain ya la esperaba en la mesa mientras leía un periódico.
-       Buenos días- dijo ella con un tono de fingida alegría.
-       Buenos días princesa – dijo kain con una sonrisa – te ves mejor hoy.
-       Estoy mejor, gracias. No puedo decepcionar a yuki, después de todo el tomo esa decisión por mi bien.
Kain pareció suspirar y luego dijo lleno de animación:
-       Deberías comer bien hoy, nos espera un día largo.
-       Un día largo? – contesto ella algo confundida mientras untaba algo de mantequilla a una tostada
-       Así es, ese sirviente tuyo te ha tenido encerrada todo este tiempo en esta mansión no? solo has ido a los cuarteles generales y nada más. Hoy me voy a asegurar de que conozcas tu reino.
-       Pero no es peligroso?  Después de todo hakushaku puede estar enterado ya de mi llegada, incluso si no, yo se que él puso todas esas normas que restringen a las mujeres para que si algún día volvía no me pudiera mover con libertad.
-       Has olvidado con quien hablas? – dijo kain con una sonrisa llena de orgullo – soy el rey del desierto, desde que deje mi reino he estado haciendo labores de espía para la resistencia, para mi será pan comido.
-       Espía?
-       Así es, aunque por hoy lo mejor será que solo recorramos león, ni siquiera lo conoces cierto? Después de todo es la única de las ciudades sagradas que ha logrado permanecer igual que en los tiempos de esplendor, si sabes cómo era todo antes, luego desearas aun mas recuperarlo.
-       No entiendo del todo lo que quieres, pero confiare en ti – y luego dijo con una sonrisa infantil - cuál es nuestro primer destino capitán?
Ver de repente el radiante rostro de Alice encendió las mejillas del joven rey quien giro su rostro en cuanto se dio cuenta del efecto que le producía.
Luego, más sereno, se levanto de su silla y tomando la mano de la princesa dijo, “vamos hay mucho que conocer.” Ella sonrió una vez más, por un momento olvidaba cuanto extrañaba a yuki.
-       Primero – dijo él cuando se encontraban bajo el radiante sol- vamos al mercado, amaras cuan lleno de vida esta.
Los ojos de Alice se deslumbraron, vio una multitud de tiendas de diversos tipos, había algunas alojadas en enormes edificios de cristal, que contrastaban con los caminos adoquinados de la ciudad, y también estaban los toldos de colores que inundaban una calle dando la impresión de un arcoíris impresionante, en cada una había algo nuevo algo diferente, había joyas brillantes, telas finas, fruta fresca y fragancias de flores en frascos que brillaban como el sol. En todo aquel recorrido Kain no desviaba su mirada de la princesa, mientras ella recorría como una niña llena de emoción los toldos y los edificios de cristal con puentes colgantes que los conectaban entre sí, el solo la observaba a ella con una sonrisa en su rostro.
-       No hay algo que quieras? – pregunto kain cuando estaban en la cima del edificio más alto – lo que desees puedo comprarlo para ti.
-       No gracias – contesto ella llena de ternura – todos estos objetos son muy lindos, pero no hay algo que me indique que debe ser mío ahora.
Entre las maravillas de ese mercado paso la mañana y cuando el sol se encontraba en su cenit kain dijo:
-       Vamos, aun debes conocer muchas otras cosas.
Pasaron por grandes plazas, algunas tenían obeliscos en su centro y otras gigantescas fuentes, Alice comprendió cómo funcionaba la ciudad entonces, había una plaza principal, cuatro secundarias y ocho que daban con los límites de la ciudad, una hermosa e imponente muralla, en cada plaza había en general algo distinto, y cada una estaba rodeada por casas o mansiones, y cada una se conectaba con las cuatro más cercanas mediante callejuelas estrechas. La gente parecía feliz y tranquila en todos los rincones de la ciudad, y Alice pensó entonces en cuan feliz seria si todo cliow pudiera ser de ese modo.
Finalmente llegaron a la plaza central y se encontraron en frente de un imponente edificio de altos torreones y finos adornos, las estatuas adornaban su entrada, y grandes puertas permitían que las personas pasaran al interior, a medida que Alice se acercaba vio como cada pequeño detalle de la construcción estaba formado por alas de piedra, de diversos tipos y tamaños, y que cada estatua representaba a un humano alado.
-       Kain, que es este lugar? – murmuro ella mientras entraban al edificio que despedía un hermoso olor a incienso  
-       solía ser un templo a los dioses de cliow – contesto el – hace mucho que nadie cree en ellos, pero todos vienen aun a este templo a pensar, y a dejar sus deseos, esperando que, de algún modo, se hagan realidad.
-       Es un lugar hermoso – contesto Alice con si mirada fascinada ante todos los detalles del santuario.
Ninguno de los dos lo noto, pero mientras Alice permitía que su corazón se llenara con el delicado olor del incienso y que sus ojos se extasiaran con la arquitectura, el anillo comenzaba a brillar, poco y de forma tenue.
Una vez abandonaron el enorme edificio el sol declinaba, y mientras caminaban hacia la mansión,  kain se preguntaba si podría hacer realidad el deseo que había depositado junto a tantos otros en el santuario.
Después de todo, el siguiente seria otro día, en el que Alice debería empezar un nuevo camino por si misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario