
Charles se despidió por última vez antes de
cruzar el portal, mientras Alice se quedó sola con sus preocupantes
pensamientos, y kain la observaba incapaz de hacer nada para guiarla en ese
laberinto que ahora era su mente, ella solo continuaba alejándose cada vez más
de él. Él sabía que ahora lo que ella más necesitaba era tiempo, tiempo para
pensar en lo que se avecinaba, en los cambios que ahora habría en su vida y en
como continuar. Kain era perfectamente consciente de que no era yuki, y de que
no podía hacer nada por ella así que mientras la observaba desde la esquina del
patio central de la mansión soltó un lastimero suspiro antes de decir.
-
Yo también me retiro Alice – tratando de poner
tanto entusiasmo en su voz y en su cara como podía – hay mucho que hacer.
-
Oh – dijo ella saliendo de repente de sus
pensamientos – está bien, espero que te vaya bien – dijo ella con una distraída
sonrisa mientras caminaba hacia la biblioteca.
El sol se ponía en el desierto
cuando kain salió de la mansión pensando mientras observaba con dolor la
ventana de la biblioteca con las velas mágicas encendidas:
-
“aun no soy lo suficiente para llenar el vacío
que ahora tiene en su corazón, pero si me esfuerzo algún día ella podría sentir
por mí lo mismo que yo siento por ella. Deseo salvarla como ella lo hiso
conmigo hace 10 años”
Entre tanto Alice estaba sentada
pensativa en un gigantesco sillón en la biblioteca mientras los objetos
encantados se movían a su alrededor arreglando diversas cosas.
-
Es impresionante como puede variar mi ánimo tan
de repente – se dijo a si misma con algo de ironía – hace solo un momento
estaba extaciada y feliz, pero ahora no sé qué hacer.
Si yuki se decidió ausentar el problema de
este espíritu no es nada sencillo de resolver – pensó mientras levantaba su
mano para contemplar al anillo que contenía el espíritu – en realidad eres tan
mala, espíritu del desierto?
Tras un largo suspiro la princesa se levantó del sillón y
dijo:
-
Por ahora no importa cuanto lo piense, no
encontrare las respuestas yo sola, aun extraño mucho a yuki, pero debo estar
preparada para lo que se avecina, esto ha sido solo un primer paso. debería
aprovechar que la noche está clara para practicar con mis espadas.
La princesa miro con afecto las
espadas mientras las colgaba en su cinturón y salía al patio; en efecto ya
había anochecido en león.
Entre tanto, el espíritu de yuki
aun vagaba por la biblioteca de los magos. Era un lugar difícilmente
describible, se trataba de estantes de libros que se perdían en la vista, en
donde aunque tomaras un ejemplar, otro idéntico volvía a aparecer donde lo habías
tomado inicialmente, y había masas etéreas flotando por doquier. En ese lugar
no existía la nacionalidad, raza, o rango; si eras capaz de llegar allí con tus
poderes nada más importaba. Pero las almas de los magos no conversaban entre sí, después de todo
si estaban allí era porque un asunto de impresionante urgencia los obligaba a
dejar sus cuerpos en pos del conocimiento almacenado en los libros y antiguos
pergaminos del brillante lugar.
Una masa etérea pareció
materializar una blanquecina mano para tomar un libro de uno de los estantes en
el nivel 32 de los pisos en espiral que se extendían por la gigantesca torre
que era la biblioteca. Mientras lo abría y ojeaba su contenido se hoyo una voz
diciendo “este tampoco es” y dichas estas palabras el libro se volvió humo
mientras las manos se desmaterializaban.
-
Revisemos este otro – dijo la masa tomando uno
que decía expulsión de espíritus – ni este dijo luego de revisarlo – y el libro
se hiso humo
-
Déjalo así por hoy - se hoyo la clara voz de un hombre joven que
se materializaba frente a la masa – llevas 3 días seguidos sin un descanso, si
continuas así te quedaras sin energía y empezaras a desaparecer.
-
Drachen - contesto la masa – tal vez tengas razón
si mi energía baja demasiado no podre estar en la biblioteca mucho tiempo.
En ese momento la biblioteca se empezó
a desvanecer alrededor de los dos y se encontraron en una habitación redonda
con 4 puertas y una mesa en el centro con dos sillas en ella. La habitación no tenía
ventanas ni libros ni algún adorno en particular más allá de una hermosa lámpara de cristal que
colgaba del techo y la mesa con dos sillas finamente tallada, el suelo del salón
era de piedra y sobre la mesa había una dos tazas de té humeante.
-
Descansare un par de horas y luego regresare a
la biblioteca, en cuanto tenga energía suficiente para continuar. – dijo yuki materializándose
desde la masa que era antes, ahora su blanca capa se movía mientras caminaba
hacia la silla
-
Desde que empezaste esta búsqueda haces lo mismo
– dijo el dragón de blanco cabellos mientras se sentaba en la otra silla – tratar
de detenerte sería una tontería, sé que el tiempo transcurre más rápido en esta
dimensión pero aun así… descansas un par de horas y luego continuas buscando
por días sin detenerte.
-
No tiene nada de malo – dijo mientras tomaba un
sorbo de te – después de todo mi prioridad es encontrar la forma de expulsar al
espíritu que quiere controlar a Alice sama, si es por su bien no me importa hacer
todo el esfuerzo que sea necesario. Además – dijo después de una breve pausa –
tengo todo lo que necesito para sentirme recargado en esa habitación – dijo señalando
una de las 4 puertas finamente talladas
-
Estas deseando entrar, o me equivoco? – contesto
condescendiente el dragón
-
Claro que si - contesto el con alegría
-
Ve muchacho, yo permaneceré aquí un tiempo, yo también
debo recuperarme, he estado haciendo mi propia búsqueda en la biblioteca.
Yuki se levantó radiante mientras
caminaba hacia la puerta que había señalado cuando la voz de Drachen lo detuvo
-
Solo una cosa, chico deberías proponerte a ti
mismo dejar de esconder tus sentimientos ante tu princesa para cuando regreses –
decía mientras lo miraba de reojo con sus penetrantes ojos rojos – o te podrías
arrepentir en un futuro de mantener constantemente esa mascara de cordialidad
ante ella y que jamás se enterara de tu verdadera personalidad.
Yuki suspiro con desanimo con si
sintiera que su regreso estaba muy lejos
-
Tal vez tengas razón – dijo con melancólico tono
– pero decirle mis sentimientos no le haría mucho bien, además cuando estoy
cerca de ella no puedo evitar ese sentimiento de querer mostrarle lo mejor de mí,
no deseo que me vea enojado o descuidado en ningún momento.
-
Escucha la voz de un anciano, solo eso no te hará
feliz.
-
Tal vez tengas razón, pero justo ahora no puedo
hacer mucho.
Dicho esto yuki giro su cabeza y habrio la puerta que lo
llevaba a un hermoso jardín, lleno de flores y con un pequeño bosque rodeándolo,
era el campo de flores al que Alice había llegado cuando regreso a ese mundo. Con
delicadeza él se sentó sobre las flores y luego se recostó con suavidad
mientras contemplaba a una Alice completa y apaciblemente dormida en medio de
las flores.
-
He vuelto Alice sama – dijo mientras se
recostaba junto a ella y caía dormido.
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